Llegamos al aeropuerto de Cancún con tiempo de sobra. Entramos en la zona de embarque y me hizo acordar al aeropuerto de Ezeiza porque para ingresar te hacen pasar por la zona de compras. Dicho sea de paso, esta zona, supuestamente libre de impuestos, no tiene precios muy baratos que digamos.
Estábamos sentados esperando abordar nuestro vuelo y muy cerca, un grupo familiar que estaría volviendo al hogar en Estados Unidos o Canadá, estaban a las risotadas. Mientras aperábamos a embarcar, dos chicas gringas y veinteañeras se tropezaron con el equipaje de mano y muertas de risa se cayeron. Yo hice el siguiente comentario: "Che, aflojen con el tequila". América puso cara de alarma y disgusto. Me preguntó: "¿estás diciendo lo que yo creo que estás diciendo?". Después de un intercambio de significados me enteré de cómo se usa esto de "aflojar" en los Estados Unidos de México. Vendría siendo como en Argentina usamos “entregar”. Recomponiendo, lo que ella entendió fue "entregá el marrón con el tequila".
Para aquellos lectores que no están familiarizados con las expresiones del Río de la Plata, “aflojá con el tequila” vendría a ser “moderate” o “reducí el consumo de tequila”.
El viaje de vuelta no tuvo mayor acaecimiento y en Seattle no hacía mucho frío.
En el baño del aeropuerto me encontré con este anuncio que ocupaba toda una pared con la foto a tamaño natural. Me hizo gracia.