Consulta

Yo sabia que podía llegar, pero esperaba que no. Me habían avisado que posiblemente esa noche me llamarían a Terapia Intensiva para esa familia. Finalmente llegó cuando eran las nueve cuarenta y cinco, se acababa la semana y a mi turno le quedaban apenas unas tres horas. Era un pedido de Terapia Intensiva, lo antes posible por favor. Uno de los médicos de planta junto a una enfermera tenían que cursar una importante comunicación a los padres de un paciente. Entramos todos al cuarto ataviados con la bata amarilla, los guantes azules de látex y las mascarillas que cuelgan de las orejas.

El cuarto estaba lleno de gente, había adultos sentados todos juntos en un pequeño sillón y niños de nueve años para abajo, el más chiquito jugaba con bloques de colores en un rincón. El médico se arrodilló para quedar a la altura de la mamá y le puso la mano en el hombro. Le dijo en voz pausada y tranquila que sentía mucho lo que había pasado. Yo me limité a pararme cerca tratando de no molestar y de que la mirada se mantuviera en objetos inanimados y carentes de emociones contagiosas que entorpecieran mi labor. Me presenté y procedí a repetir esas palabras, las del médico,  en español. La frase principal después de los preámbulos, que en realidad era una pregunta, no fue muy directa, como queriendo asegurarse de que se entienda sin necesidad de dar muchas explicaciones. Yo repitiendo siempre del inglés al español. Se oía a alguien que hablaba por teléfono, había también sollozos. 

Les hago una pregunta que le hacemos a todas las familias en esta situación, —comenzó a decir el doctor— ¿estarían interesados en que doctores especialistas hagan una inspección de los órganos del cuerpo para saber la causa exacta de la muerte? Los padres negaron con la cabeza mientras se miraban consultándose. El doctor y la enfermera se despidieron diciendo que los dejaban solos y que se tomaran todo el tiempo que necesiten. Mientras me alejaba hacia la puerta miré rápido para atrás por debajo del hombro y me imaginé que la escena podría ser la de un cuadro: el papá a un lado del sillón, los familiares amontonados alrededor y la mamá abrazando al bebé de color beige apenas envuelto en una sabanita de hospital.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que situación triste JAvier